miércoles, 6 de abril de 2011

Self-destruct

¿Para qué seguir engañándome? Las respuestas a mis preguntas no están en el fondo de un vaso, ...
 - Ah, ¿no?
 - No. ¡Y cállate, intento pensar!
...ni en la tinta de mi boli. He de enfrentarme a ellos como tantas veces me he propuesto (sin conseguir nada, claro).
Ya recuerdo como funcionas: hay que darydarydar para que luego las cosas se te suban a la cabeza y no recibir nada a cambio. No te confundas; los ángeles no caen del cielo, y por mucho que se te suba a la cabeza... el mundo sigue siendo el mismo.
Tengo como la impresión de que huyes de los problemas. Si, ¿y que?
Era temprano, acababa de llegar de clase y las cosas intentaban volver a ponerse igual de al revés que siempre. Pero no lo estaban. Es más; prácticamente podías saltar de charco en charco, había nevado por la mañana y llovido ácido a las doce. ¿O no? Demasiado estudiar, buscarte, encontrarte, soñar, e intentar NO volver a poner los pies en la tierra como para mirar por la ventana.
Me tiré en la hierba y cubrí mi enorme barriga como pude. Casi no había hierba, los ojos me colgaban y me arrastraban por el suelo, hacía demasiado calor sin hacer sol ni viento (menuda mierda de día), pero yo estaba bien. No tenía música, ni estaba bien, y el peso de mi cuerpo añadido a la fuerza de la gravedad hacía que me escurriese, dejando un difícilmente lavable rastro de tierra y algún hierbajo en el culo de ese pantalón que  no aguanta ya más de dos lavados (vamos, que tengo para año y algo de juerga).
No se estaba mal: se estaba estupendamente fatal. Pero cualquier previsión era mejor que la de volver a casa...
 - Bochorno en Mayo... ¿a dónde vamos a ir a parar?
 - No sé, puede que ahora le dé por aparecer después de tres horas de tenerme aquí tirada pensando que la vida es menos mejor cuando te comes tanto la cabeza que no tienes hambre ni de té.
 - No exageres. El no es toda tu vida. Parte importante, eso si, pero yo creo que puedes vivir sin el. ¡Aunque sean tres horas!
 - Ya van más de tres, y; no, no creo que pueda. Ayer, cuando le ví subir corriendo, cuando le vi escapar de algo (¿el qué?, no sé), cuando le vi para dejar de verle a los nada minutos...
 - Antes, cuando no le conocías, cuando no sabías nada, ABSOLUTAMENTE, antes de que se me ocurriera volverme (pillándote por banda e incluyéndote en los malvados planes que le seguían) loca, y más gilipollas todavía... ¡tu vida era mucho mejor!
 - ¿Pero que dices? Prefiero estar así por el que no estarlo y comerme la cabeza con otras cosas.